Imagina tener la oportunidad de mirar a través de una de las “puertas del infierno” . Eso es posible en el Volcán Masaya, uno de los destinos turísticos más importantes y fascinantes de Nicaragua, que posee una gran riqueza natural y que en el pasado fue el escenario de rituales por parte de los primeros pobladores.

Conocido por su impresionante lago de lava en constante actividad, este coloso ofrece mucho más que el espectáculo hipnotizante del magma en ebullición. Este volcán es el centro de una extensa reserva natural que invita a los visitantes a explorar la rica biodiversidad de la región. A continuación, te contamos por qué el Volcán Masaya es mucho más que una postal volcánica.

Un Volcán vivo en el corazón de Nicaragua

El Parque Nacional Volcán Masaya, fundado en 1979, abarca una extensión de más de 54 km² y es hogar de varios cráteres activos y dormidos, siendo el cráter Santiago el más famoso por su lago de lava. Este fenómeno natural atrae a miles de turistas cada año, quienes quedan asombrados al ver el magma brillando en la oscuridad. Sin embargo, el parque es también un lugar para apreciar la diversidad ecológica y cultural, así como para realizar actividades que van más allá de la simple observación volcánica.

 Un volcán con historia

El Volcán Masaya no solo es una maravilla natural, sino también un sitio de profundo valor histórico. Los antiguos pueblos indígenas de Nicaragua consideraban al volcán como un lugar sagrado, temido por su poder destructivo, pero también venerado como la morada de los dioses. Los españoles, al llegar en el siglo XVI, lo apodaron «La Boca del Infierno» y erigieron una cruz en el borde del cráter, conocida como la Cruz de Bobadilla, en un intento por «exorcizar» lo que creían era la presencia demoníaca en el volcán.

Hoy en día, los visitantes pueden disfrutar de caminatas guiadas que les llevan por los senderos históricos, donde pueden aprender sobre la fascinante interacción entre las comunidades locales y este imponente gigante natural a lo largo de los siglos.

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Flora y fauna en la reserva natural

Así mismo, alrededor del volcán, el parque nacional ofrece a los viajeros la oportunidad de descubrir una biodiversidad impresionante. La flora del lugar está compuesta por una mezcla de vegetación adaptada a las condiciones volcánicas, entre las que destacan árboles de ceibas, guanacastes, matapalos, laurel, jiñocuabos, talalates, quebrachos e incluso los ya casi exterminados pochotes.

La fauna también es rica y variada. Los turistas pueden avistar especies como los zorros, los venados cola blanca y más de 150 especies de aves, entre ellas el majestuoso caracara y el colorido trogón violáceo. Además, el parque es hogar de reptiles como las iguanas y las serpientes, que habitan entre las rocas volcánicas.

Las cuevas del Volcán Masaya: refugio de murciélagos

Una de las joyas ocultas del parque son las cuevas del Volcán Masaya, que ofrecen una experiencia completamente diferente para los amantes de la naturaleza. Estas cuevas, formadas por antiguos flujos de lava, son de gran importancia para la conservación de los murciélagos. En una de las excursiones más populares del parque, los visitantes pueden adentrarse en estas cavernas y observar de cerca a varias especies de murciélagos, incluidos los murciélagos frugívoros. Este ecosistema subterráneo es vital para el equilibrio del parque, ya que los murciélagos juegan un papel clave en la dispersión de semillas y el control de insectos.

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Actividades al aire libre y turismo deportivo

El Parque Nacional Volcán Masaya no solo es un lugar para el turismo ecológico, sino también para la aventura. A lo largo de los años, se ha convertido en un escenario ideal para actividades al aire libre como el senderismo, la observación de aves y las excursiones nocturnas. Sin embargo, una de las facetas menos conocidas del parque es su conexión con el turismo deportivo.

El Rally Ciclístico es uno de los eventos más emocionantes que se llevan a cabo en el parque en los últimos años. Este evento atrae a ciclistas de todo el país que se enfrentan a los desafiantes terrenos volcánicos, recorriendo senderos que serpentean alrededor de los cráteres y atraviesan la vegetación seca. El evento no solo pone a prueba la resistencia física de los participantes, sino que también ofrece vistas espectaculares del paisaje volcánico que pocos llegan a experimentar de esta manera.

Cómo llegar al Volcán Masaya

Para aquellos que deseen visitar este impresionante destino, el acceso es sencillo. Desde Managua, se puede tomar la Carretera a Masaya en dirección sur. Aproximadamente a 23 kilómetros de la capital, encontrarán la entrada al Parque Nacional Volcán Masaya, claramente señalizada.

El parque está abierto todos los días, incluyendo feriados, desde las 8:30 AM hasta las 5:00 PM para visitas diurnas. Las visitas nocturnas, que ofrecen una experiencia única para observar el resplandor de la lava, generalmente comienzan alrededor de las 5:00 PM, pero es recomendable verificar los horarios exactos y hacer reservaciones con anticipación, especialmente durante la temporada alta. Se puede llegar en vehículo particular o mediante tours organizados que parten desde Managua y Granada.

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El camino está en buenas condiciones y es accesible para la mayoría de los vehículos, lo que hace del Volcán Masaya un destino imperdible para cualquier visitante de Nicaragua.